Las Tribus son
esencialmente “comunidades emocionales”, con sentido de pertenencia, códigos
comunes, estéticas propias. Son el ámbito propicio para el consumo de alcohol y
drogas que les permiten evadirse, y saben que cuentan con espacios de la ciudad
que le son propios.
Sus
actividades y actitudes, usos y costumbres generan fuertes sentimientos de
pertenencia, del que carecen en su entorno cotidiano.
El
joven sabe que en “su” Tribu él es un “individuo” y no parte de la masa
indistinta que para unos ofrece el barrio o la calle, para otros las
instituciones educativas- formativas y para ambos y sobre todo, la familia.
Las
Tribus “inventan” nuevas formas de vínculos sociales, de reglas que los rigen,
de actividades que refuercen al grupo como una forma de vida. La política, como
tal, no entra entre su interés. Se los acusa de actitud pasiva o desinteresada
fuera de su propio placer en la Tribu, También podemos creer que constituyen
una forma fragmentada de resistencia practica, con o sin objetivo determinado.
Esta mirada engañosa está ocultando que la Tribu es un caldo de fermento para
la formación de corrientes de energía no evidentes y que de alguna forma
encontrará cómo expresarse: con violencia, y bailes agresivos, con ejecución de
música pesada, traspasando los límites sociales, dañando propiedades ajenas o
corriendo riesgos vitales como en las “picadas”.
En
general podemos afirmar que en la sociedad actual, la juventud indica una
manera particular de estar en la vida regida por potencialidades, aspiraciones,
modalidades Éticas y estéticas. Se trata de elementos que perfilan la imagen de
la juventud. Pero a tratar de definirla es necesario nombrarla en plural.
A medida que avancemos en el reconocimiento de la juventud y sus diversas
formas de adscripción, descubriremos que NO existe una juventud, pues la
hallaremos determinada por varias dimensiones, como son: edad, cuerpo, género,
nacionalidad, clase social y generación. Estas dimensiones llegan a
constituir identidades estructuradas y estructurantes, Frente a las
identidades estructurantes los jóvenes logran constituir identidades
transitorias que no están sujetas a la estabilidad y la permanencia,
además su sentido transitorio no tiene un sentido lineal sobre un tránsito
preestablecido, son transitorias en tanto se refieren a límites de adscripción
menos rígidos que los existentes en identidades estructuradas.
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